Fecha: 24 septiembre, 2018

La construcción del nuevo parque eólico abre las puertas a un mayor conocimiento del yacimiento arqueológico, que espera ganar valor próximamente como reclamo turístico

Etimológicamente conocida como la ‘cuesta de los carros’, y popular entre los tordesillanos por sus restos originarios de la Edad de Bronce que hoy se exponen en el Museo Arqueológico Provincial, el cerro de Carricastro espera ganar, próximamente, un gran valor como reclamo turístico en base a su importancia histórica. Así lo han decidido, por unanimidad, los grupos municipales del Ayuntamiento de Tordesillas, quienes aprobaron recientemente una moción de TTLP precisamente para dar proyección al yacimiento. La idea ha surgido con motivo de la próxima instalación del parque eólico que estará formado por cuatro aerogeneradores, cuya obra podría significar un mejor conocimiento de este enclave, según afirma el arqueólogo Germán Delibes, quien recientemente protagonizó, junto a Francisco Treceño, en las Casas del Tratado, un acto para dar a conocer las virtudes del cerro.

Durante el desarrollo del parque eólico, cuyo proyecto ya está en trámites, Patrimonio velará para que se respeten las prospecciones de la zona, permitiendo desvelarse aún más ‘secretos ocultos’. “La idea es que la producción de energía limpia, y los puestos de trabajo e ingresos del parque se conjuguen con la potenciación de nuestra historia, y es que el progreso y la historia no están reñidos”, señala Mercedes San José, portavoz de TTLP, quien valora positivamente las aportaciones de otros grupos, que “abren las puertas a potenciales subvenciones” para este proyecto. Según el alcalde, José Antonio González Poncela, quien se muestra de acuerdo con este proyecto, “esta es una parte de nuestra historia poco conocida, y todo lo que sea potenciar nuestro patrimonio e investigar más es positivo y beneficioso para todos”.

Tal y como señala el arqueólogo Francisco Treceño, no fue hasta la década de los 70 cuando el arqueólogo tordesillano Rafael Galván Morales catalogó los restos hallados en la zona como del siglo X a.c., en plena Edad de Bronce. Entre ellos destacan hachas, puntas de navaja o de lanzas, además de goterones de bronce y moldes que demuestran que el enclave funcionó como un punto de fundición, en un momento en que la metalurgia apenas se practicaba.

“Es el yacimiento donde más bronce se ha hallado de toda la cuenca media del Duero, con un total de 24 elementos, lo cual indica que Carricastro fue la capital de esta zona en aquella época. Mientras que lo normal era que hubiese, por entonces, pequeñas aldeas, un enclave en altura de 33 hectáreas es algo insólito”, afirma Treceño, quien cree que otros asentamientos satelitaban alrededor de este cerro testigo desgajado de los Montes Torozos de naturaleza caliza, donde además se han hallado restos graníticos, los cuales se usaban como molinos para machacar el cereal.

“Este hecho le da aún más importancia económica y cultural al lugar, ya que aquí se tallaban bloques de granito de hasta 200 kilos, algunos traídos del sistema central, desde más de cien kilómetros de distancia”, apunta el arqueólogo, quien cree que el enclave debería ser catalogado como BIC. “Carricastro es el tótem de muchos tordesillanos”, destaca Treceño, que mantiene la esperanza en que se ponga en valor esta cima con tanta historia tras de sí.

En las imágenes, pieza de granito hallada en Carricastro, restos de un hacha fundida en la zona y registro de un molde empleado para esta misma labor.