Fecha: 8 noviembre, 2018

Entrevistamos en exclusiva a la presidenta de las Cortes de Castilla y León, quien hace un balance positivo con motivo de la celebración de los 35 años de la constitución del parlamento regional, profundizando en la importancia de cambios emergentes como el nuevo espectro político o el reto que exigen problemas como el de la despoblación.

Dentro del 35 Aniversario del Estatuto, ¿Qué significación especial tiene el acto que se celebrará en Tordesillas este viernes en el mismo escenario donde se constituyeron las primeras Cortes de Castilla y León en esta nueva etapa histórica?

Hemos querido que este aniversario sirva, sobre todo, para reflexionar sobre el desarrollo que ha tenido Castilla y León a partir de su constitución como Comunidad Autónoma. Pensamos que rendir un homenaje a todos los procuradores que han formado parte de la cámara parlamentaria y que hacerlo en el lugar donde se formalizó la constitución de estas Cortes en mayo de 1983 era lo más adecuado, puesto que así podemos hacer un repaso sobre lo que ha significado la autonomía.

Hemos tenido muy buena acogida por parte del alcalde de Tordesillas y la colaboración de Patrimonio Nacional, lo que nos permitirá poner en representación de estos 35 años con la importancia de todo lo que ha acontecido en el parlamento. En este tiempo han sido aprobadas casi 400 leyes que han sido importantes para proteger nuestros recursos culturales y naturales, a las familias o por la igualdad de las personas. Creo que hemos cambiado el paisaje de Castilla y León. Esta comunidad ha podido proteger sus recursos, como el castellano -el cual nos permite captar estudiantes de nuestra lengua madre, hablada por casi 500 millones de personas de todo el mundo-. Este acto tiene, además, una parte emocional importante: Hay procuradores que van a poder reencontrarse después de mucho tiempo. Este es un cuerpo común de personas que han trabajado por Castilla y León y que tiene el reconocimiento bien merecido.

¿Que balance hace del programa de actos que ha venido celebrando en conmemoración de este 35 Aniversario?

Es un programa muy intenso y muy variado. Hemos organizado actividades de todo tipo relacionadas con la formación, o dirigidas a profesionales y personas ligadas al ámbito parlamentario. En este sentido, ha habido jornadas con magistrados del Tribunal Constitucional en la Universidad de Valladolid, o con personas que participaron en la iniciativa de uniprovincialidad de Segovia. En Santander también realizamos un debate sobre el significado de una autonomía como la nuestra, que piensa en el bienestar de los ciudadanos y en los niveles de calidad de sus servicios y que se diferencia en este sentido de otras autonomías identitarias como Cataluña o el País Vasco.

Si miramos los estándares económicos y de prestación de servicios estamos por encima del resto. En Educación nos avala el informe Pisa, y en este campo solo nos superan países europeos muy avanzados. Entre las actividades ha habido también una exposición de arte contemporáneo en las Cortes que es una muestra de que nuestros artistas están en primera línea, con proyección internacional. Trabajamos también en una unidad didáctica para escolares, así como en acciones divulgativas sobre el estatuto y las Cortes. Ha estado abierto a toda la sociedad, incluso con jornadas con inmigrantes que versaron sobre la integración laboral.

¿Consideraba necesario, por tanto, este objetivo de acercar las Cortes, como institución, a la ciudadanía?

Es imprescindible hacerlo siempre, la gente tiene que conocer la institución. De otra manera la ciudadanía no sabría para qué sirve ni la valoraría. Cuando una institución quiere estar presente y ser valorada tiene que darse a conocer y hacer todo lo posible por que los ciudadanos se acerquen al edificio y al trabajo que realizamos, y eso es precisamente lo que me he propuesto.

¿Qué balance institucional hace de esta legislatura autonómica que enfila ya su recta final? ¿En que medida ha repercutido en la labor parlamentaria la composición política del hemiciclo, por primera vez en mucho tiempo sin mayoría absoluta de ningún grupo?

El balance en general es positivo. Era una legislatura completamente nueva para nuestro escenario, y es que nunca había habido seis grupos políticos en las Cortes. Aunque esto en términos cuantitativos puede parecer que no es tanto, sí lo es, porque es pasar a tener seis formas de pensar y seis sensibilidades distintas. Nuestra sociedad es más plural, y esta complejidad tiene reflejo en este nuevo escenario. Con esa dificultad exponencial hemos sabido mantener el clima de colaboración y de consenso en los temas más importantes de la comunidad, pactándose muchos asuntos por consenso. Que participen más visiones es positivo, da una mejor respuesta y es un mejor reflejo de la sociedad en la que vivimos, que es el objetivo final que tienen los poderes públicos.

Una de las cuestiones en las que usted se ha mostrado especialmente proactiva es el problema de la despoblación. ¿Por dónde pasan, a su juicio, las medidas para atajar este grave problema?

Es un asunto muy difícil de resolver y complejo que necesita una estrategia integral con medidas de todo tipo. Esta tiene que cubrir al menos aspectos tan importantes como la digitalización del medio rural, que es una demanda generalizada y extendida por todas partes. Este proceso es, al siglo XXI, lo que las autopistas y las carreteras al siglo XX.

Son importantes las medidas que garanticen la misma calidad en los servicios básicos en el medio rural que en el medio urbano, una ventaja de la que sí que disfrutamos en Castilla y León: en nuestro caso, sin ir más lejos, la educación es prácticamente igual en la zona rural que en la ciudad. Por otro lado, es necesario crear empleo usando los recursos endógenos -naturales, agroalimentarios, o el turismo aplicado al patrimonio- lo cual tiene un gran potencial de desarrollo y unas posibilidades de crecimiento extraordinarias, al ser sectores ligados directamente a la innovación. Asimismo se necesitan medidas fiscales que generen una discriminación positiva para las personas que eligen vivir en el entorno rural, y eso es necesario a todos los niveles. En resumen, necesitamos una estrategia global que se impulse desde las administraciones locales a las europeas, y en este sentido es en el que estoy trabajando.

En la perspectiva de este 35 Aniversario, ¿en qué medida se ha beneficiado una comunidad como la de Castilla y León del sistema autonómico vigente en este periodo?

Son innumerables los niveles en los que se puede notar el beneficio: esta es una sociedad con un mayor bienestar, y todos los indicadores coinciden en esta línea. Nuestra renta per cápita se ha duplicado en los últimos veinte años. Además, hemos conseguido avanzar en los sectores más importantes de la economía, situándonos en tercer lugar como proveedor de alimentos en España. En este punto, la industria agroalimentaria es nuestro sector más importante y su crecimiento y modernización han sido exponenciales. El sector de la automoción, por otro lado, se ha consolidado y homogeneizado en los grandes polos de producción automovilística que tenemos.

En otro orden de asuntos, hemos protegido nuestros espacios naturales, y hemos sido primeros en nuestro sistema educativo, en parte gracias a nuestra tradición histórica en este campo. También hemos conseguido los mejores servicios sociales de este país. En definitiva, son innumerables todos los aspectos en los que esta sociedad ha ganado. Tanto en bienestar social, como por ejemplo en nuestras vías de comunicación y transporte, donde debemos hacer referencia a la llegada del AVE, que nos da salidas a nivel internacional.

Tras estos 35 años, ¿Considera necesaria o conveniente la reforma del Estatuto?

El estatuto da sobrada respuesta a todos los aspectos que necesitamos para ejercer nuestras competencias, que es lo que tiene que fijar para ofrecer los mejores servicios. Sin embargo sí que hay aspectos que todavía se necesitan desarrollar. Se trata de aspectos que exigen modificaciones desde el punto de vista jurídico y legislativo, ante la aparición de nuevas realidades como la corrupción o los aforamientos de los cargos públicos. Por otra parte no es algo urgente y lo más importante es que haya consenso. Como he mencionado antes, la responsabilidad de los políticos es trasladar al parlamento la sensibilidad de distintos sectores, con lo cual es importante que estén todos presentes en un acuerdo que, a la postre, va a servir para establecer el marco que mueve nuestra convivencia y que es el primer punto de partida.