Fecha: 19 octubre, 2018

El presidente del Atlético Tordesillas, Óscar Serrano, fue el encargado de leer un manifiesto donde aclaró como las mujeres no son el resultado de lo que a los hombres “nos sobra” o “nos falta”, bajo esa idea de “complementariedad”

Medio centenar de hombres y mujeres de todas las edades, se dieron cita por segundo año consecutivo para celebrar la Rueda de Hombres contra la Violencia de Género. Un acto simbólico y reivindicativo, que al igual que en Tordesillas, ha tenido también lugar en 15 municipios de la provincia de Valladolid.

La posibilidad de lluvia no impidió el encendido de velas y la formación del círculo con el que los vecinos mostraron su compromiso para estar alerta ante cualquier posicionamiento machista, además de rendir homenaje a las víctimas de violencia de género. Representantes municipales, con el alcalde, José Antonio González Poncela, a la cabeza, además de concejales de prácticamente todos los grupos de la corporación, se unieron a la iniciativa.

El presidente del Atlético Tordesillas, Óscar Serrano, fue el encargado de la lectura del manifiesto, que este año ha estado escrito por Miguel Lorente Acosta, Dr. De Medicina Forense, profesor universitario, además de experto escritor en violencia de género e igualdad. El alegato  reconoció como “ser hombre no puede ser lo que hoy somos los hombres, del mismo modo que el camino hasta hoy no debe ser entendido como la ruta acertada de la identidad masculina. En algún momento tuvo que haber un error o un engaño, de lo contrario esa masculinidad dominante y autoritaria, competitiva y violenta, distante y rígida, siempre acrítica y determinista que identifica a los hombres sería una decisión voluntaria”. Serrano apuntó como “las mujeres han cambiado con todo y con todos en contra, lo han hecho en las circunstancias más difíciles con el objetivo de hacer una sociedad más justa y mejor para ellas, pero también para los hombres”. Cerró su lectura, afirmando que los hombres debemos renunciar a los privilegios, salir de la zona de confort de la neutralidad aparente, mandar callar al silencio cómplice, achicar la distancia hasta la realidad y compartir el gran gesto de amor y responsabilidad que, una vez más, han tenido las mujeres con un feminismo que deja atrás diez mil años de patriarcado y mira cada nuevo día en Igualdad”.