Fecha: 17 mayo, 2020

Entrevistamos a negocios de diferentes sectores, quienes destacan la buena respuesta de los clientes a la hora de adaptarse a la situación y apelan al apoyo al comercio de cercanía para salir adelante

Con la vista puesta en el paso a la siguiente fase, el tejido comercial de Tordesillas continúa luchando cada día por sacar adelante su actividad. Lo hace reinventándose y adaptándose a las nuevas necesidades sanitarias e higiénicas, lo cual les ha supuesto una importante inversión. Con el reto de incentivar un consumo que se ha visto paralizado por las circunstancias actuales, profesionales de distintos sectores nos abren sus puertas para mostrarnos como conviven en su día a día con lo mejor que han tenido siempre: sus clientes.

Centro Dental Cesdent: “Tenemos todas las garantías de seguridad al trabajar cerca del paciente”

En Cesdent disponen de todo tipo de material para garantizar la absoluta seguridad sanitaria. Desde EPIS hasta buzos, pasando por mamparas o equipos de desinfección son usados para evitar cualquier riesgo en sus instalaciones. “Si un comercio tiene que contar con medidas de protección, nosotros mucho más, ya que trabajamos cerca del paciente”, señalan.

En general, desde el Centro Dental agradecen la “buena respuesta” que están teniendo los clientes. “Tenemos las agendas llenas, las citas son mucho más espaciadas, pero procuramos atender a todos”, apuntan, señalando que, tras dos meses sin trabajar abiertos al público, es normal que exista una inercia debido a las necesidades de los pacientes.

Con respecto a la situación a largo plazo, desde Cesdent consideran que “es obvio que las circunstancias afectarán al consumo, y la gente estará a la expectativa, pero tampoco creemos que un parón de dos meses vaya a llevar al traste a la economía”.

Seguros Santa Lucía: “Hay incertidumbre, pero ilusión por alcanzar la nueva normalidad”

En la correduría de Seguros Santa Lucía el trabajo ha tenido que adaptarse a las nuevas normativas, incrementando las medidas de seguridad, como desinfectarse las manos al entrar y llevar siempre mascarilla –si el cliente no la lleva se le facilita una-. En cualquier caso, en el sector de los seguros el teletrabajo es habitual, lo que ha permitido seguir prestando servicio con relativa normalidad.

Entre sus clientes, desde seguros Santa Lucía observan que “existe miedo e incertidumbre hacia el futuro, aunque también ilusión por entrar en nuevas fases y poder disfrutar de la nueva normalidad que se presenta”.

En términos económicos aseguran que “la crispación, a nivel nacional, es total, lo cual genera una incertidumbre que perjudica al consumo”. En este sentido, creen que “a corto plazo la gente va a limitar el gasto a lo exclusivamente necesario, lo que conllevará la desaparición de muchas empresas. En esta crisis los medios no nos han mostrado la dureza de las imágenes del elevadísimo número de muertos y tampoco nos van a mostrar ahora cómo mueren un número abrumador de empresas. Recordemos que los autónomos y empresas son quienes crean riqueza, y el sector público lo único que hace es redistribuirla”.

Iván de la Cruz: “Nos hemos adaptado y los pacientes están respondiendo muy bien”

La Clínica Podológica Iván de la Cruz, que durante estos meses ha podido atender únicamente urgencias, ha vuelto a atender entre estrictas medidas de seguridad, adaptando la consulta para garantizar la seguridad, ya que existe un estrecho contacto con el paciente.

En cuanto a las citas, se están dando en un rango de tiempo mayor para evitar aglomeraciones y esperas innecesarias, realizando un cuestionario telefónico para conocer la situación de cada persona y si han tenido algún contacto con el Covid-19. Los pacientes deben acudir con mascarilla, puntuales y en general sin acompañantes.

Con respecto al tratamiento, todos deben desinfectarse, y se les toma la temperatura. Una vez en el sillón de tratamiento, una mampara protectora separa al paciente y el podólogo, a lo que se suman medidas de seguridad como la doble mascarilla, el gorro y la bata impermeables y los guantes. Al terminar el trabajo, se lleva a cabo un proceso de desinfección profunda en todas las zonas para preparar el tratamiento para el siguiente paciente. También cuentan con un sistema de purificación del aire y varios sistemas de ozono para garantizar la máxima higiene.

“Estoy muy sorprendido con la respuesta de los clientes”, señala Iván de la Cruz, quien destaca que “todos vienen con su mascarilla, de manera escalonada y concienciados con la situación, lo que nos facilita mucho el trabajo”.

De la Cruz considera que, al tratarse de una especialidad sanitaria, “es esencial” para muchos de los pacientes, y por ello entiende que el suyo “no será uno de los sectores más perjudicados, pues la salud es algo necesario para mucha gente que necesita su consulta habitual”.

La Petite Boutique: “Todo ha sido comprensión y muestras de cariño”

Desde La Petite Boutique, las medidas de seguridad han pasado por una completa desinfección de todo el género, así como la separación entre clientes y prendas, de modo que únicamente el personal tiene acceso a las mismas. Los trabajadores cuentan con mascarillas, pantallas faciales y guantes, y utilizan desinfectante tanto para la ropa como para el mobiliario.

Con el nuevo protocolo, cualquier prenda que alguien se prueba o es devuelta pasa por un proceso completo de desinfección a través de la aplicación de un producto y de 48 horas de cuarentena.

Tal y como señala la propietaria, Ruth Arranz, “a todos nos gusta ver y tocar lo que nos vamos a llevar, mover los percheros y ver cositas, pero la respuesta de las clientes está siendo perfecta”. Tal y como afirma la empresaria, “no sabíamos cómo iban a reaccionar, pero han entendido muy bien la situación y todo son muestras de cariño y mensajes de ánimo”.

Arranz aprovecha para “dar las gracias a todas por su paciencia y por seguir siendo fieles”, algo que valora, pues considera que “esta situación nos va a afectar a todos, pero entre todos saldremos de esto ayudándonos y colaborando con el pequeño comercio”.

Dulces Galicia: “La venta online ha aumentado de forma impresionante, aunque la falta de turismo nos afecta”

Desde la célebre Pastelería Dulces Galicia, se han tomado medidas de seguridad con la instalación de una mampara de protección que separa a trabajadores y clientes, así como un dispensador de antibacteriano con sensor manos libres para evitar el contacto con el producto. El aforo está, asimismo, limitado a dos personas, y se ha realizado una reforma de las instalaciones, a lo que se añade una desinfección constante, completa y exhaustiva.

A través de la página web, afirman, han experimentado “un impresionante aumento de ventas”, el cual supone más del 200% con respecto a las del pasado año. Desde Dulces Galicia creen que la situación, sin embargo, afectará a las ventas en la tienda física, con una caída de las mismas, la cual se relaciona directamente con la falta de turismo y excursiones a la localidad durante estos meses.

DEA Centro de Optometría: “Hay miedo, pero nos esforzamos en evitar cualquier riesgo”

DEA Centro de Optometría ha mantenido sus puertas abiertas durante todo el Estado de Alarma, en distintos horarios, al tratarse de un sector esencial. De esta forma, han ido adoptando las medidas de seguridad muy poco a poco, acostumbrándose a la nueva normalidad.

Entre las medidas que ofrecen, para garantizar la seguridad de sus clientes, está el uso de EPI, guantes, batas, pantallas y mascarillas. También disponen de gel en cada mostrador, los cuales utilizan nada más entrar, así como identificativos en el suelo para respetar las distancias de seguridad. A ello se suma el esterilizador de monturas para desinfectar las que se prueban los clientes, así como la desinfección total de aparatos y de la zona después de cada consulta.

Para optimizar el servicio, intentan dar la primera hora a las personas mayores o más vulnerables. También realizan, por teléfono, todas las preguntas necesarias para asegurarse de que no visita su centro ninguna persona con síntomas o que haya estado en contacto con alguien infectado.

Tal y como señalan desde DEA, “por parte de los clientes en general hay miedo o recelo”. Para evitarlo, desde el centro se sigue apostando por todas estas medidas de seguridad. Por otro lado, consideran que “el consumo está muy seriamente afectado”. “A día de hoy los clientes consumen lo que es estrictamente necesario, no por capricho, e intentando que aunque tengan que hacer esa compra les salga lo mejor posible”, concluyen.