Fecha: 27 junio, 2018

El artista Vicente Fernández, creador de la flammagrafía, ha decidido crear escuela de su técnica y difundirla de cara a la posteridad

Se cumplen 45 años desde que, fruto de la casualidad y gracias a su incansable espíritu autodidacta, Vicente Fernández descubrió una nueva técnica que revolucionaría el panorama artístico nacional y le marcaría los pasos a seguir durante toda el resto de su vida. Denominado como ‘El pintor del fuego’, el creador de la flammagrafía considera que ha llegado el momento de hacer escuela de su particular estilo, con el objetivo de difundirlo para su continuidad.

Aunque leonés en sus orígenes -natural de Navianos de la Vega- ‘Vicen’ se siente puramente tordesillano, pues llegó a nuestro municipio con tan solo diez años, cuando ya comenzaba a despuntar por su faceta creativa. Así, recuerda cómo, desde temprana edad, se entretenía dibujando en el barro de los caminos. Unos caminos cruzados por carretas y mulas que, con los años, acabarían por recobrar vida en sus creaciones. “Heredé la destreza de mi madre y pronto se corrió el rumor de que dibujaba bien. Propusieron llevarme a estudiar Bellas Artes a Madrid, pero en mi familia éramos agricultores y no hicieron caso”, recuerda ‘Vicen’, quien cree que “fui mal estudiante porque siempre estaba dibujando”, aunque reconoce que el hecho de convertirse en autodidacta le permitió “ir de por libre y eliminar el corsé académico, que a veces crea límites”. Precisamente esta libertad e inquietud le llevarían, en 1973, a descubrir la flammagrafía.

Por entonces ‘Vicen’ ejercía como profesor en el País Vasco, y es que la enseñanza es el oficio que le ha acompañado toda la vida, ofreciéndole una independencia económica que le ha permitido mantener inviolable el sentido de su bagaje artístico. “Siempre tuve un soplete en una mano, y en la otra una tiza”, bromea ‘Vicen’, quien descubrió su nueva técnica fruto de la casualidad, cuando cayó en la cuenta de que, al quemar las molduras de la madera, de sus vetas emergían unas tonalidades que “parecían mágicas”. Por alguna razón, entonces se animó a incluir dos obras que contenían “manchas abstractas” realizadas con fuego en una exposición de pirograbados celebrada en San Sebastián.

Para su sorpresa, el crítico de arte Vicente Cobreros Uranga se sorprendió por estas particulares “sombras chinescas” y, al conocer su origen, retó al artista a seguir trabajando para convertirlas en expresiones figurativas. De hecho, Cobreros fue quien bautizó la recién descubierta técnica, augurando “un largo camino artístico por andar” para ‘Vicen’, que continuó jugando con estos dos elementos naturales. La repercusión fue muy rápida, y además de las numerosas exposiciones que protagonizó, al tiempo que depuraba su técnica, ‘Vicen’ no paraba de hacerse eco en los medios, incluida la televisión del momento. De esta forma, y a pesar de los malos tiempos que corrían, la novedad hizo que el artista obtuviese gran éxito de ventas y se ganase muchos simpatizantes.

Uno de los impulsos más importantes para ‘Vicen’ provino de la admiración que el Marqués de Lozoya, Juan de Contreras y López de Ayala, expresó por la flammagrafía durante una de sus exposiciones en Segovia. En palabras de esta eminencia del arte, el trabajo del tordesillano era “algo inverosímil”, ofreciéndose el académico a prologar un libro para difundir esta novedosa técnica. “Lamentablemente el Marqués falleció, y en su día aparqué este proyecto, pero creo que ahora es el momento de plasmar todos mis conocimientos y trasmitírselos a los artistas que quieran dar continuidad a mi técnica”, señala ‘Vicen’. En consecuencia, el artista ha decidido “crear escuela sobre la flammagrafía” a través de un libro que verá la luz pronto, así como de diversas conferencias y exposiciones que ya se están programando.

La práctica y la constancia han sido, para ‘Vicen’, el secreto de una técnica que ha logrado desarrollar gracias a sus propias herramientas. “Me considero una especie de mago cuyo único truco es la experiencia, creo que es lo que te convierte en maestro”, afirma el artista, quien cree que “el fuego es un caballo salvaje, si consigues domarlo puedes hacer maravillas”. Aunque comenzase con temática abstracta, ‘Vicen’ ha plasmado en la madera numerosas escenas campestres y del mundo rural, siempre a las órdenes de una nostalgia que le trasladaba a su niñez. Asimismo los paisajes -muchos de ellos inspirados en Tordesillas-, bodegones, retratos o desnudos forman parte de su temática recurrente.

A finales del pasado mes de mayo, ‘Vicen’ ha participado, junto con su hija ‘Helen’ -también pintora-, en la exposición colectiva ‘Desat’art’, que ha llevado sus obras al mismo corazón de Milán. No es la primera vez que sus trabajos cruzan fronteras, y es que además de haber sido expuestos por toda España han causado estupor a lo largo y ancho del planeta, siendo incluso uno de sus cuadros adquiridos por el mismo príncipe de Kuwait o inspirando, con su técnica, a estudiantes de toda latinoamérica.

Tras una dilatada trayectoria que aún continúa, el mejor premio para ‘Vicen’ es su público, ya que siempre ha considerado que “sería egoísta participar en concursos siendo mi técnica tan diferente”. “Siempre he ido con la bandera de la flammagrafía caminando solo, y ahora sí que quiero que me siga la gente para difundirlo, pues de ninguna manera me gustaría que esta técnica se muriera conmigo”, afirma el tordesillano, quien se prepara para dar a conocer el trabajo de toda una vida.

Un retrato de la princesa Leonor con destino a la Zarzuela

Al igual que hizo con el retrato que le dedicó al entonces príncipe Felipe, durante los setenta, ‘Vicen’ enviará un retrato de la princesa Leonor realizado a través del estilo de la flammagrafía a la Zarzuela, para que pueda conservarse en la pinacoteca personal de la familia real.