Fecha: 3 septiembre, 2023

Desde las aulas hasta los albergues, el hospitalero y profesor durante casi treinta años ha forjado su camino en Tordesillas y compartirá su amor por la localidad en el pregón de las Fiestas de la Peña 2023

Antonio Gavilanes se prepara para asumir un papel especial en las Fiestas en honor a la Virgen de la Peña. En esta entrevista, conocemos la vida de un hombre polifacético y comprometido con la localidad, que ha sido honrado con el rol de pregonero el próximo 8 de septiembre.

Desde su llegada a Tordesillas, hace casi tres décadas, ha dejado huella como profesor en el colegio Pedro I, donde educó a varias generaciones de tordesillanos. Además, ha sido uno de los pilares fundamentales de la asociación del Camino de Santiago del Sureste en Valladolid. Ha desempeñado un papel clave como hospitalero en el albergue que acoge a los peregrinos en su ruta hacia Santiago de Compostela.

La asociación del Camino de Santiago del Sureste, cuya fundación en mayo de 2007 marcó el inicio de un nuevo capítulo en la provincia, ha sido el hogar de su dedicación inquebrantable a los peregrinos que buscan cumplir el ancestral viaje hacia Santiago de Compostela.

La función principal de la Asociación ha sido clara desde sus inicios: recoger y controlar el recorrido del Camino de Santiago en Valladolid, desde San Vicente del Palacio hasta Benavente, pasando por emblemáticas localidades como Rueda, Medina del Campo y Tordesillas. El Camino del Sureste, una alternativa a las rutas más famosas, ha sido el objeto de su dedicación, buscando rescatar y promover esta ruta documentada con antigüedad desde 1521.

Para aquellos que se aventuran en el camino hacia Santiago, tres pilares fundamentales se entrelazan para hacer del viaje una experiencia memorable. El primero es la señalización adecuada, esencial para guiar a los peregrinos en su ruta. Esta ha sido una de las prioridades de la Asociación.

En segundo lugar, es vital tener puntos de acogida o albergues, y su diferencia radica en los servicios que brindan. Por último, la publicidad juega un papel fundamental para dar a conocer el camino.

“En Tordesillas, el albergue ha sido un orgullo y un punto de referencia para aquellos que recorren el Camino del Sureste. Con una ubicación histórica, una restauración respetuosa con su estructura externa y servicios de primera categoría, el albergue es aclamado por cientos de peregrinos como uno de los mejores en toda la ruta”, asegura Antonio. A pesar de no ser uno de los albergues más masificados, para el pregonero y sus compañeros hospitaleros, el número de peregrinos que reciben no es el aspecto más relevante. Lo importante es garantizar que cada caminante se sienta bienvenido y apoyado en su trayecto.

Como hospitalero, ha sido testigo de historias conmovedoras, ha compartido alegrías y desafíos con los peregrinos y ha sido un faro de guía para aquellos que emprenden esta travesía. Esta faceta se entreteje con su profesión como profesor en el colegio Pedro I, donde dejó una huella imborrable en la educación de generaciones de tordesillanos. Corría el año 1963 cuando un compañero de magisterio mencionó por primera vez las maravillas de Tordesillas: “La primera relación que tengo fue oralmente a través en la residencia de Valladolid. Mi amigo me habló de las cosas buenas del pueblo: de sus valores, de sus fundamentos, de la gente y su hospitalidad; y por supuesto, de las fiestas”, apunta.

Fue en 1981 cuando Antonio tuvo la oportunidad de estrechar lazos con Tordesillas. Al solicitar diversos destinos en el concurso de traslados del profesorado, recibió el anhelado nombramiento para trabajar en el Colegio Comarcal, que hoy se conoce como colegio Pedro I. Emocionado, se adentró en la localidad que le daría la bienvenida durante los siguientes 28 años de su vida profesional.

“Aquí me he dedicado a la enseñanza intentando educar con aciertos y errores, pero intentando dar lo mejor para los jóvenes de Tordesillas que ahora ya son adultos”, reconoce.

La contribución de Antonio a la comunidad no se limitó al ámbito educativo. De forma activa, se sumergió en el tejido asociativo de la Villa, participando en diversas actividades que fortalecieron su conexión con Tordesillas. Durante muchos años, estuvo a cargo de preparar y dirigir el comedor escolar. Su compromiso social también se extendió a la enseñanza religiosa, impartiendo catequesis de confirmación y preparación para el matrimonio a jóvenes y parejas que buscaban unirse en la fe.

A pesar de su jubilación en 2007, el lazo entre Antonio y Tordesillas no se ha debilitado. Hoy en día, continúa colaborando con la residencia y es miembro activo del grupo de danzas Juana I de Castilla. También, con su habilidad para tocar el tamboril, se ha unido al grupo El Palenque y al CIT, enriqueciendo el patrimonio cultural y artístico de la localidad. Las representaciones históricas locales también cuentan con la participación activa de Antonio.

Cuando recibió la llamada del alcalde para ser el pregonero, sintió un nerviosismo en todo su cuerpo. “Yo soy un simple ciudadano de a pie en Tordesillas. Esto es para gente con currículums de varias páginas”, fue su primera respuesta. A lo que el alcalde respondió: “Te parecerá poco currículum haber estado 28 años educando y formando a medio Tordesillas”. Una vez hecho a la idea, Antonio se puso manos a la obra con el texto.

“El pregón se centrará en dos ejes: la hospitalidad del pueblo y la hospitalidad del albergue de Tordesillas, con el que tengo una estrecha relación. Además, como estamos en fiestas, también destacaré aspectos relacionados con las festividades que he vivido en el pueblo”, adelanta Antonio. Con una mirada hacia el pasado y un compromiso presente, el pregonero se prepara para dar lo mejor de sí en su discurso. Su deseo es que el pregón sea bien recibido y comprendido por la gente, demostrando una vez más su entrega y su voluntad de ayudar a la comunidad en la que ha sido parte activa durante décadas.