Fecha: 24 septiembre, 2019

Este fotógrafo tordesillano decidió cambiar el rumbo de su vida en 2014 para dedicarse a la fotografía de manera profesional

Inmerso en una “Pequeña gran revolución”, como reza la canción de IZAL, Diego Rayaces decidió vivir una auténtica rebelión en su vida allá por el año 2014. Alentado por su mujer y recientemente “bautizado” como padre, el amor a ese pequeño aparato llamado cámara fotográfica, le llevó a dejar su trabajo en Renault para dedicarse a ver la vida a través de su objetivo. Un hobby que, sin embargo, venía de mucho más atrás, y cuya pasión le sirvió para unirlo junto a su amor por los viajes. Marruecos o Latinoamérica fueron los lugares elegidos para este fotógrafo tordesillano, que de manera autodidacta aprendió a “retratar” el mundo con su cámara. Sus pinitos en este mundo bien le valieron el reconocimiento de fotógrafos de reconocido prestigio en Valladolid.

Estudiante de Historia del Arte y orígenes palentinos, Diego se ha convertido en un tordesillano más. Su objetivo ha sido testigo de bodas, bautizos o comuniones de muchos vecinos de la localidad, lo que junto, con sus colaboraciones en el mundo de la prensa, han hecho de Diego un nombre de referencia en esto de la fotografía.

La buena acogida de sus talleres para principiantes en fotografía le llevó a dar un paso adelante. A principios de este mes de octubre viajará junto a ocho aficionados a Marruecos. “Hemos elegido este destino primero por la cercanía, y principalmente porque es un lugar exótico, donde la población y los pueblos bereberes viven como nosotros en los años 70”, destaca.

En esta aventura, aparte de Diego, le acompañarán personas de toda España, en lo que espera que sea “una primera toma de contacto para posteriormente dar el paso a Latinoamérica”. Un lugar, este último, que Diego conoce a la perfección, pues pasó una amplia temporada entre Perú y Argentina. La idea, una vez hayan vuelto, será llevar a cabo una exposición, en lo que supone una renovación en este campo para este fotógrafo, que busca la naturalidad como pocos y que se ha ganado la confianza de los vecinos de la localidad para retratar los capítulos más importantes de su vida. Buen viaje compañero.