Fecha: 14 abril, 2019

El presidente de “Mensajeros de la Paz” y Príncipe de Asturias de la Concordia fue el encargado de pregonar el inicio de la Semana Santa de Tordesillas, declarada de Interés Turístico Regional

El Padre Ángel, fundador y presidente de la ONG “Mensajeros de la Paz” y premio Príncipe de Asturias de la Concordia 1994, fue el encargado de dar el pregón de la Semana Santa de Tordesillas. La Iglesia de San Pedro fue testigo de tal acontecimiento. Un templo que se llenó para escuchar las palabras de este conocido párroco. El acto contó con la presencia de casi toda la corporación municipal en pleno, al frente de ella el alcalde de la localidad, José Antonio González Poncela, y los candidatos a la alcaldía por el PSOE y el PP, Rafael García Valea y Miguel Ángel Oliveira, respectivamente.

El primero en tomar el micro, fue el presidente de la Junta Local de Semana Santa, Isaías García Rico, quien confirmo como “el tiempo volverá a ser determinante para el normal desarrollo de las diferentes procesiones programadas, donde hasta el miércoles parece que no habrá problemas. Tenemos tota la ilusión para que se desarrolle a la perfección, ya que esperamos que gracias al desarrollo de eventos como la Iscar Cup, podamos superar los 20.000 visitantes – normalmente se cifra en 12.000 –“. Sobre la presencia del Padre Ángel, García reconocía ser un orgullo tenerle hoy aquí. “Todo el mundo me pregunta como he conseguido traerle, pero igual que con Monseñor Ricardo Blázquez la gente no se lo creía, el Padre Ángel esta hoy con nosotros”.

El pregonero, cogió el testigo del Presidente de la Junta de Cofradías, aclarando como es “un orgullo poder dar este pregón.  Para nuestra iglesia la Semana Santa refleja la vida de los cristianos,  una vida basada en preocuparse de los demás. Es un privilegio poder anunciar esta buena nueva”, donde puntualizó como “todos somos hijos de dios, con independencia del color o de las creencias”. El fundador y presidente de la ONG ‘Mensajeros de la Paz’ no quiso olvidarse en su discurso de los más desfavorecidos. “Las olas del mar unen y a veces también separan”, en un claro llamamiento a la solidaridad con los refugiados fallecidos en el mediterráneo.