Fecha: 28 diciembre, 2023

La investigadora tordesillana Lucía Álvarez Frutos ha conseguido recientemente una de las Ayudas Predoctorales de la AECC, con la que va a centrarse en su estudio sobre el cáncer de mama triple negativo.

Lucía Álvarez Frutos estudió biología en Salamanca, y durante la carrera ella ya sabía que su futuro estaba en la investigación oncológica. Hoy sus deseos se han hecho realidad, y gracias a su mente innovadora y sus ganas de ofrecer más tiempo libre de enfermedad a los pacientes de cáncer de mama, la Asociación Española Contra el Cáncer le ha otorgado una de sus Ayudas Predoctorales, que le darán la oportunidad de trabajar a tiempo completo durante cuatro años en su proyecto centrado en el cáncer de mama triple negativo.

La tordesillana asegura que «es todo un honor conseguir una de estas ayudas», ya que antes solo podía dedicarse a su doctorado unas horas a la semana, compaginando el laboratorio con otros trabajos.

El estudio en el que se centra es la aplicación de la inteligencia artificial para el tratamiento del cáncer de mama triple negativo, ¿cómo se va a conseguir esto?

Es un modelo predictivo para el tratamiento personalizado. Para ello realizaré análisis masivos sobre diferentes características en las muestras de tumores de mama que nos proporcionen en el hospital; estudiando proteínas, genes, células inmunes y parámetros metabólicos, y con ello queremos desarrollar una herramienta informática que nos ayude a predecir cuál es el mejor tratamiento para cada paciente en función de las características del tumor. Este tipo de medicina permitirá elegir un tratamiento optimizado y personalizado, que evitará el sobretratamiento, minimizará los efectos secundarios y mejorará tanto el tiempo libre de enfermedad como la supervivencia.

¿Qué es lo que caracteriza a este tipo de cáncer?

El cáncer de mama triple negativo se denomina así porque a sus células les faltan tres proteínas: el receptor de estrógenos, el receptor de progesterona y el receptor HER2. Es más frecuente en mujeres jóvenes, hispanas y africanas, y además es uno de los más agresivos, ya que tiende a extenderse rápidamente y tiene peor pronóstico. La media de supervivencia es del 65%, frente a más del 85% de la media global del cáncer de mama. Por eso es necesario desarrollar nuevos estudios para ser más precisos en su tratamiento.

¿Cuál es la media de casos en España de este tipo de cáncer? ¿Y en Valladolid?

Según el observatorio del cáncer de la Asociación Española Contra el Cáncer en España se diagnosticaron en torno a 35.000 nuevos cánceres de mama en el 2022, 414 en Valladolid, y de estos, entre el 15-20% fueron de tipo triple negativo.

¿Cuáles son los principales retos en tu investigación?

Estos tumores son muy heterogéneos, y esa es una de las causas de los fracasos terapéuticos. El reto está en acercar la supervivencia del cáncer de mama triple negativo como mínimo a la media global del cáncer de mama, y encontrar el tratamiento adecuado para cada paciente lo antes posible es fundamental para conseguir evitar las recaídas o la metástasis. Con cada avance estamos más cerca de mejorar las tasas de supervivencia, pero hay que seguir trabajando.

¿Crees que hay suficiente inversión en investigación sobre esta enfermedad en España?

En general en España se dedican menos recursos a la investigación que en Europa –un 1,4% frente al 2,3% europeo-. Tenemos la suerte de que haya asociaciones como la AECC, que financia estos proyectos y consigue que los investigadores tengan un contrato, pero la investigación no puede sobrevivir solo con asociaciones privadas, la inversión tiene que venir desde las instituciones. Necesitamos más investigación para más vida.