Fecha: 6 marzo, 2022

Marta Rojo, de 29 años, y Carla Domínguez Ortega, encarnaron los papeles de la reina y de su hija Catalina , en una evento histórico que ha vuelto a ser referencia turística a nivel regional.

Tras el paréntesis del pasado año causado por el coronavirus, los vecinos de Tordesillas han vuelto a disfrutar durante la jornada de esta tarde de la llegada de la reina Juana a Tordesillas. Al igual que ocurrió en 1509, la representación de la reina Juana I de Castilla entraba ya de noche en la Villa del Tratado junto con su hija Catalina y el cuerpo del marido difunto, Felipe El Hermoso.

En esta ocasión la encargada de personificar a Juana I de Castilla ha sido Marta Rojo, de 29 años, que tal y como cuenta la historia, ha recreado durante algo más de hora y media la tristeza y sensación de soledad que sufrió esta monarca repudiada por toda su familia. La misma Marta rojo asegura que «Es un orgullo tener la oportunidad de representar a un pueblo como Tordesillas, un pueblo que quiere rememorar a una reina que fue olvidada y que cayó en el olvido pese a tener uno de los reinados más largos de España. ».

Su acompañante fue Carla Domínguez, quien dio vida a Catalina, hija de Juana y Felipe I. ambas recorrieron la Plaza Mayor, las puertas de la Villa y del Foraño, la Iglesia de San Antolín y por último el Palacio Real.

Hija y madre de reyes, la reina Juana I de Castilla y su cortejo rememoraron su entrada en Tordesillas, lugar donde permanecería durante 46 años hasta el final de sus días, fruto de ser encerrada por su padre Fernando El Católico. Junto a ella , Junto a ella, el féretro con los restos mortales de su esposo, Felipe I, rey de Castilla, archiduque de Austria y duque de Borgoña, fallecido dos años y medio antes en Burgos.

Sobre las 20 horas, Doña Juana cruzaba la Puerta de la Villa, junto al Torre de Sila, bajo la protección de sus Monteros de Espinosa y bajo la tutela de su hija Catalina . Junto a ellas Fernando el Católico y los numerosos monjes que custodian el féretro de Felipe El Hermoso con antorchas.

Por orden de Hernando de Tovar, capital de los Monteros, el séquito con la reina continuó su camino, donde varios actores representaban el revuelo del vecindario, de una villa que por aquel entonces no sobrepasaba los 600 habitantes dentro de sus murallas.

La  Plaza Mayor de la localidad fue el escenario perfecto para una de estas representaciones, donde se escenificó como Juana I duda de las intenciones de su padre y ordena que quiere volver a Burgos. Fernando el Católico trata por tanto de convencer a su hija de que se quede en Tordesillas como finalmente accede. Tras este acto,  el séquito hizo su última parada en el Palacio Real, lugar donde la reúna recuerdas sus vivencias más dolorosas. En la escenificación se representa la vida y la muerte de Felipe.

Visita del Presidente de la Diputación

Dentro de las autoridades que se han acercado hasta la localidad para disfrutar de la representación,  el alcalde Miguel Ángel Oliveira ha invitado al Presidente de la Diputación de Valladolid, Conrado Íscar y el portavoz de VOX en la administración provincial Mario de Fuentes.

Fotografías : Diego Rayaces ( Tordesillas al Día) y M.A Santos (Diputación de Valladolid)