Fecha: 8 febrero, 2024

La joven tordesillana dará vida a la regente en el Día de la Reina que se celebra el próximo 2 de marzo, una tarea que asume con «muchas ganas y muchos nervios»

Con emoción e ilusión, Raquel Fernández se enteró el pasado sábado de que sería la próxima Reina Juana, un cargo para el que llevaba años preparándose, pues después de vivir la representación del Día de la Reina desde dentro, su ilusión era cumplir 29 años para poder presentarse y ser Juana I de Castilla.

Este evento histórico, que rememora la llegada de Juana a Tordesillas -donde estableció su residencia hasta su muerte en 1555- es el gran sueño de muchas de las jóvenes tordesillanas, que desde niñas sueñan con ser las orgullosas intérpretes de ese papel tan importante para la historia de su municipio.

Este año, la encargada de ponerse en la piel de la monarca es Raquel Fernández, quien cuenta que ya tiene experiencia en la representación, pues durante años ha salido como lucera, admirando desde su posición a la reina y soñando con, algún día, poder ser ella. Y ese día ya casi ha llegado, pues el próximo 2 de marzo Raquel podrá subirse a lomos del caballo de la reina y atravesar las puertas de la villa como la Reina Juana.

«Vivirlo desde dentro ya te da una idea de la relevancia del evento, pero sobre todo te hace sentirlo. Como lucera veía todos los años a las reinas, y solo esperaba tener la edad y presentarme, así que es algo muy importante para mí», afirma.

Después de inscribirse, Raquel tuvo que realizar un trabajo sobre la reina, que en esta ocasión versaba sobre su educación; tras lo cual, pasó una entrevista personal, que dio paso a la elección del pasado sábado. «Éramos cuatro candidatas, y es cierto que pasas muchos nervios, pero solo el hecho de estar ahí es muy emocionante, y esa emoción crece mucho más cuando dicen tu nombre».

Explica que hasta el momento estaba como en una nube de incredulidad, pero que «el otro día, cuando fui a probarme el vestido, me di cuenta de que ya era una realidad; soy la nueva reina Juana… y entonces los nervios por afrontar el papel vinieron de golpe». Sin embargo, sostiene que aunque nerviosa, está segura de que lo va a hacer «muy bien».

Un total de 300 personas participan en la representación cada año, algo que da confianza a Raquel. «Ya he montado alguna vez a caballo y eso no me preocupa, solo tengo que ensayarlo, y de cara a la representación creo que mi experiencia, y el estar rodeada de personas que se meten tanto en el papel, me ayudará a sumergirme en el personaje y entrar en ambiente para que todo salga genial», asegura.

Junto a ella estará su hija, encarnada en esta ocasión por la pequeña Aitana Bazán, así como su padre, Fernando el Católico, los Monteros de Espinosa -su guardia personal-, y los monjes que transportan el cuerpo de su esposo, Felipe el Hermoso, fallecido en Burgos. Y como parte del cortejo, más de 200 personas, entre damas de compañía, personal de palacio, y escoltas que iluminarán su camino con antorchas por las calles de Tordesillas.

Pero el Día de la Reina no es el único momento en el que la joven tendrá que meterse en la piel de la hija de los Reyes Católicos, ya que hasta ese momento tendrá que visitar colegios y escuelas infantiles interpretando su papel, una labor que compaginará «sin ningún problema» con los estudios de su oposición.

Con ganas, solo espera comenzar los ensayos y, en menos de un mes, convertirse en uno de los personajes más importantes para la historia de su pueblo. «Es una oportunidad única que solo puedes vivir una vez en la vida, y tengo ganas de dar lo mejor de mí y ser una gran Juana».